CONVINCENTE ACCIÓN DE LIMPIEZA

Con las escobillas limpiaparabrisas HELLA, usted mismo notará la diferencia ya que, gracias al revestimiento de grafito de su goma, se reduce notablemente la fricción en la zona de contacto entre la escobilla y el cristal. La función de barrido de la escobilla se produce de manera muy homogénea y silenciosa, lo que conlleva un mínimo desgaste que, a su vez, redunda en una vida útil más larga.

La sustitución de las escobillas se realiza rápidamente, tanto con las escobillas convencionales como con las que no llevan articulaciones: Gracias al sistema de HELLA solamente necesitará unos pocos minutos y un par de maniobras para cambiar las escobillas y así podrá volver a disfrutar en la carretera de una buena visibilidad. En sólo unos pocos pasos se lleva a cabo el cambio de escobillas gracias al adaptador premontado, indicado para cada tipo de vehículo, que se incluye en el envase. ¡Más fácil es imposible! Si usted necesitara ayuda adicional, tras haber seleccionado su vehículo en nuestro configurador on-line, le proporcionamos automáticamente un enlace que le llevará hasta el vídeo de montaje.

Las tradicionales escobillas HELLA convencen por su perfecta acción de limpieza hasta el último uso, así como por la extraordinaria y robusta estructura que le proporciona su marco de acero macizo.

Sin embargo, las innovadoras escobillas sin articulaciones nada tienen que envidiarles, ya que su precisa lámina flexible y el aerodinámico diseño de su pestaña consiguen repartir la presión sobre el cristal de manera uniforme con el fin de conseguir una buena visibilidad. Una ventaja más: Los molestos ruidos del viento quedan reducidos a la mínima expresión gracias a su geometría, pensada para minimizar el ruido y las corrientes de agua.

Los nuevos modelos de automóvil, y también los más antiguos, pueden reequiparse sin problemas con las escobillas sin articulaciones. En el envase se incluye el adaptador necesario para cada brazo de escobilla.

El chirriar angustioso y la frecuencia exagerada en la velocidad de las escobillas son los típicos efectos secundarios de unas escobillas desgastadas. Pero existe algo aún peor: También son un riesgo para la seguridad y podrían ser la causa de un accidente debido a la falta de visibilidad. Por ello, las escobillas desgastadas o dañadas deben sustituirse sin más dilación. Pero, ¿cuándo es el momento de sustituirlas? ¡Consiga una buena visibilidad, con HELLA!

Un claro indicio de que las escobillas están muy desgastadas es la formación de rayas en el proceso de barrido sobre el cristal. La situación ideal sería que no se formara ninguna raya. A pesar de ello, si se forman como máximo tres finas rayas en el campo de visión exterior o una sola raya en el campo de visión central, aún puede usted usar las escobillas durante algún tiempo; todavía no es imprescindible sustituirlas.

Algo muy diferente es cuando se produce una fuerte formación de rayas en el campo de visión exterior o muchas rayas más débiles repartidas por todo el parabrisas, incluso si estas últimas desaparecen después de un tiempo. Lo mismo ocurre si empieza a formarse agua en el parabrisas, ya que todos ellos son signos inequívocos de que las escobillas ya no limpian correctamente, y deben sustituirse sin perder mucho tiempo.

La clara formación de un velo, la llamada "marca de vibración", o una permanente formación de agua sobre el parabrisas son indicios evidentes de que las escobillas deben sustituirse sin más demora. ¡Si se sigue circulando y las condiciones climatológicas son adversas, existe un elevado riesgo para la seguridad, ya que estas circunstancias afectan a la visibilidad!