Como ocurre con cualquier artículo de limpieza, el limpiallantas debe utilizarse con precaución. Una aplicación acertada y moderada del limpiallantas evita el contacto con el disco de freno y con la instalación de frenos.
Las sustancias que componen estos artículos de limpieza pueden provocar daños en la instalación de frenos, pueden perjudicar el funcionamiento de los frenos y mermar el confort en la conducción de manera continua.
Aplique este producto con moderación, ya que en este caso menos es más.
Utilice los limpiallantas con un pincel, un cepillo o una esponja. Los esprays se extienden en demasía.
Si el limpiallantas entrara en contacto con el disco de freno al realizar la limpieza, deberá enjuagarse en profundidad con agua fría. Tras frenar varias veces durante una conducción normal, el disco de freno volverá a estar limpio.
El mismo efecto tendría si se lavara el vehículo en un túnel de lavado o en una instalación de lavado de automóviles.
La limpieza en un túnel de lavado o en una instalación de lavado de vehículos debería realizarse justamente después de haber aplicado el limpiallantas.
La concentración del artículo de limpieza se diluye con la acción del agua y afecta, por tanto, muy poco al comportamiento de los frenos. Un freno mojado suele volver a funcionar perfectamente tras frenar varias veces.
Indicación de seguridad importante
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