Lavado del sistema de refrigeración
Aquí encontrará útiles conocimientos básicos y prácticos consejos relacionados con el lavado del sistema de refrigeración de los vehículos, con el purgado de los radiadores y con la comprobación de la estanqueidad del sistema de refrigeración.
Indicación de seguridad importante
La siguiente información técnica y consejos prácticos han sido elaborados por HELLA con el fin de ayudar de forma profesional a los talleres de vehículos en su trabajo diario. La información facilitada en esta página web está pensada solamente para personal debidamente cualificado y con formación específica.
Si el refrigerante presenta impurezas, éste deberá purgarse y después deberá lavarse el sistema de refrigeración.
Las impurezas pueden ser:
El sistema de refrigeración deberá lavarse con agua caliente o con un fluido de lavado especial dependiendo del grado de suciedad. Dependiendo del fabricante del vehículo y de los síntomas que presente el sistema, existen diversos procedimientos a la hora de efectuar el lavado. Así, en caso de que el refrigerante adquiera una tonalidad marrón y existan quejas respecto a la potencia de la calefacción, Audi establece el lavado con un fluido de lavado especial. Si se lleva a cabo un proceso de lavado múltiple, deberá desmontarse el termostato y medirse la potencia de la calefacción tras el lavado.
Para los modelos Corsa B, Vectra B y Omega B fabricados hasta el año 1997, Opel advierte de que la elevada temperatura del motor puede deberse a un fallo en el radiador. En ese caso deberá realizarse el lavado con agua caliente (> 50°C) y reemplazar, además del radiador, todas las piezas por las que circula el refrigerante (intercambiador de calor, culata, etc.). El procedimiento de lavado y el fluido de lavado a utilizar dependen del grado de suciedad y de las indicaciones del fabricante del vehículo. Se ha de tener en cuenta que, debido a la estructura de los sistemas de refrigeración modernos (p.ej. tuberías planas), no es posible lavar todas las piezas y éstas deberán sustituirse.
Esto afecta especialmente a las siguientes piezas:
Si no resulta posible observar el nivel de refrigerante en el depósito de compensación debido a la presencia de impurezas (aceite, óxido), deberá sustituirse también el depósito. El termostato y el tapón de cierre deben sustituirse siempre. Si se emplean limpiadores del sistema de refrigeración, deberá procurarse que éstos no dañen los materiales sellantes y no lleguen a las aguas subterráneas ni se eliminen a través del contenedor para desechar aceite. El producto de limpieza debe recogerse junto con el refrigerante y debe eliminarse por separado. Tras el lavado, el sistema deberá rellenarse con refrigerante de nuevo, siguiendo las indicaciones del fabricante del vehículo y deberá comprobarse el funcionamiento y la estanqueidad.
El sistema refrigeración se lava con una solución química para eliminar impurezas.
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Las inclusiones de aire en el sistema de refrigeración de los vehículos es un problema muy extendido actualmente. Estas "bolsas de aire" se producen porque se coloca el radiador o el depósito de expansión al mismo nivel que el motor del vehículo o incluso por debajo. Así, el purgado completo del sistema de refrigeración tras una reparación o al sustituir el líquido refrigerante puede constituir un serio problema. El aire que se ha quedado en el sistema de refrigeración disminuye la circulación del refrigerante, lo que puede provocar que se sobrecaliente el motor , que a su vez produciría daños de enorme consideración.
Para solucionar este problema puede utilizarse el aparato de llenado por vacío de radiadores. Con este procedimiento se puede:
El aparato de llenado Airlift se conecta al radiador o al depósito de expansión mediante el adaptador que se suministra conjuntamente. A continuación, se conecta la tubería de aire comprimido que se utiliza habitualmente para hacer funcionar las herramientas de aire comprimido. El contenido del sistema de refrigeración se evacuará a través de una válvula especial y se generará un fuerte vacío. Después se conectará el tubo de aspiración suministrado conjuntamente y se llenará con la mezcla de agua limpia y anticongelante a través de un recipiente de refrigerante limpio (cubo, lata). Con la ayuda del manómetro que mide el vacío de esta herramienta de llenado por vacío de radiadores también puede comprobarse al mismo tiempo la estanqueidad de todo el sistema.
Para averiguar si el sistema de refrigeración es estanco se recomienda utilizar un comprobador de presión. Con ayuda de una bomba de mano se somete el sistema de refrigeración a una presión determinada. Si al observar el manómetro se percibe una caída de la presión, puede deducirse que el sistema de refrigeración no es estanco. Utilizando un adaptador universal o uno para vehículos específicos, la bomba puede adaptarse mediante un cierre rápido a prácticamente todos los turismos, camiones, maquinaria agrícola y de construcción.
Para las fugas más difíciles puede emplearse un colorante que, en primer lugar, deberá echarse en el sistema de refrigeración.
Revisión de la estanqueidad del sistema de refrigeración utilizando el maletín de comprobación de la presión.
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Las imágenes muestran los daños más habituales que surgen por diversas causas.
No ayuda en absoluto
Muy útil