Con la crisis económica, es alarmante la cifra de Talleres clandestinos que están surgiendo en el país. La competencia desleal de estos negocios ilegales, en los cuales se antepone el precio al rigor en el trabajo y la seguridad, está provocando pérdidas millonarias en el sector. Desgraciadamente, los principales damnificados son los Talleres que cumplen con todas las obligaciones laborales, fiscales y medioambientales pertinentes.
Reparar el vehículo en este tipo de Talleres puede provocar al cliente un gran número de riesgos que debe tener en cuenta. Esta práctica defrauda al propio consumidor al no ofrecerle factura del servicio que está recibiendo, ni garantía de los materiales utilizados, que generalmente son de baja calidad. Por supuesto, esto tiene repercusión en la seguridad vial, pues unos recambios de bajas prestaciones merman la estabilidad en la conducción, y en el medio ambiente, ya que los residuos generados durante la actividad en estos Talleres no son debidamente tratados.
Según los datos arrojados por la patronal Ganvam, una de cada diez reparaciones se realiza en estos Talleres. Esto ha generado pérdidas que ascienden a 3.500 millones de euros en los últimos seis años, obligando a más de 6.200 Talleres legales a tener que poner fin a su negocio.
Asimismo, teniendo en cuenta que estos Talleres ilegales no cotizan, están incurriendo en un fraude laboral que ha generado pérdidas de alrededor de 112,5 millones de euros a la Seguridad Social.
Provincias y comunidades autónomas de toda España se han sumado a la lucha contra estas actividades fraudulentas, con acciones como la creación de un distintivo de calidad que reconozca la profesionalidad y la formación acreditada de los Talleres certificados (Baleares) o la recogida de firmas y la redacción de un manifiesto para el cumplimiento de las leyes (Andalucía). Para ello la comunidad andaluza ha creado una campaña de sensibilización para concienciar no solo a la población, sino también a la Administración, en la lucha por acabar con estas irregularidades.
Como Taller autorizado, debemos advertir a nuestros clientes sobre los riesgos de frecuentar este tipo de negocios, poniendo en valor la seguridad y garantías que solo puede ofrecer un Taller legal.
Es tarea de todos terminar con estas prácticas desleales que desvirtúan la actividad, ponen en riesgo la seguridad en el tráfico, defraudan a la Administración y perjudican el medio ambiente.