Fue un fabricante de automóviles francés el primero en utilizar un sensor de lluvia en un vehículo de producción en serie allá por el año 1994. Comenzó entonces la marcha triunfal del componente, y hoy el sensor de lluvia es una característica estándar. Detecta si el parabrisas está mojado con agua y transmite la señal correspondiente a una unidad de control para activar los limpiaparabrisas. La velocidad de los limpiaparabrisas varía en función de la intensidad de la lluvia. No es posible medir exactamente la cantidad de lluvia, pero tampoco es necesario. HELLA fue pionera en el desarrollo de sensores de lluvia y actualmente es uno de los líderes del mercado, tanto en el equipamiento original como en el mercado de posventa.
Un sensor de lluvia que incluye funciones adicionales es un componente optoelectrónico. Se encuentra discretamente escondido detrás de la zona oscurecida del parabrisas, a la altura del espejo retrovisor. Si fuera necesario sustituir el parabrisas debido al impacto de una piedra, el antiguo sensor puede pegarse o engancharse en la base del nuevo parabrisas.
Hoy en día se suele utilizar una combinación de sensor de lluvia y luz. Según el modelo de vehículo, en la base, detrás del parabrisas se coloca también un sensor de detección de distancia y entorno (radar/lidar), así como una cámara, por ejemplo, para reconocer las señales de tráfico o para implementar sistemas de mantenimiento de carril.
Mientras tanto, HELLA cuenta con la cuarta generación de sensores de lluvia/luz en su gama, que se utilizan para controlar automáticamente los limpiaparabrisas y los faros delanteros. Sin embargo, los complejos componentes también integran otras funciones, como la medición solar y de la humedad y el ajuste de la intensidad lumínica del head-up display. El sistema es modular, lo que permite al fabricante de vehículos elegir entre diferentes configuraciones. Además del sensor de luz, se puede realizar el sensor de lluvia, la combinación de sensor de lluvia/luz, de lluvia/luz y solar, de lluvia/luz y climático (carga solar y humedad), un sensor climático puro (carga solar y humedad), así como, adicionalmente, un sensor para el control de la luminosidad del head-up display (HUD) o de la iluminación (digital) de los instrumentos.
El sensor de lluvia registra las gotas de agua en el parabrisas por medio de un procedimiento optoelectrónico. En sentido estricto, detecta la refracción de la luz causada por las gotas de agua. Para ello, los diodos luminosos que se encuentran en la unidad óptica envían luz infrarroja a la superficie de cristal. Si el cristal está seco, refleja la luz infrarroja casi por completo y un fotodiodo, también alojado en el sistema de sensores, mide la intensidad de la luz reflejada. Si el cristal está húmedo (gotas de agua), la luz infrarroja se escapa del cristal frontal debido a la refracción provocada. Se refleja menos luz hacia el fotodiodo; esto se llama el principio de la luz dispersa. La electrónica del sensor evalúa los resultados y envía la señal correspondiente a la unidad de control del limpiaparabrisas. De este modo, se pueden realizar diferentes frecuencias de barrido hasta el barrido continuo con lluvia intensa a diferentes velocidades. Otra ventaja más: el limpiaparabrisas se desconecta automáticamente cuando no hay gotas de agua en el parabrisas. Así se evita el "barrido en seco", que es perjudicial para las escobillas. Los sensores de lluvia modernos funcionan incluso en invierno. Sin embargo, si se ha formado una capa de hielo en el parabrisas, el sistema electrónico detendrá el dañino "fregado". Para evitar la condensación en la óptica del sensor, el interior puede calentarse adicionalmente.
El sensor de luz funciona con dos sensores independientes: uno de ellos tiene un amplio ángulo de detección, de modo que capta toda la luz ambiental independientemente del ángulo de incidencia. El segundo sensor mide la luz delante del vehículo. Está alineado de tal manera que solo detecta la intensidad de la luz directamente delante del vehículo. El ajuste automático de la luminosidad de un head-up display, por ejemplo, se basa en este método de medición. Por otro lado, la activación automática de la luz de cruce se basa en los datos de ambos sensores.
Los sensores de luz son la base de otras medidas interactivas para regular la iluminación de los vehículos. En esta situación son tan importantes tanto los vehículos que circulan en sentido contrario como los que nos preceden. También desempeña una importante labor la luz del ocaso, así como la detección de la iluminación viaria o de la luz reflejada por las señales de tráfico, por ejemplo, al entrar en poblaciones. En función de la tecnología de los faros, se añaden sistemas de asistencia inteligentes, como la luz de curva adaptativa, la distribución adaptativa de la luz (iluminación selectiva de los puntos de peligro) o la luz de carretera antideslumbrante (corte claro/oscuro adaptativo). El Grupo HELLA suministra los sistemas correspondientes, como el Advanced Frontlighting System (AFS). En el caso de los faros LED de HELLA, los módulos LED individuales pueden encenderse y apagarse en función de la información del sensor de luz (y de otros parámetros ambientales), dependiendo de las condiciones ambientales y de la situación del tráfico.
La integración de un sensor de lluvia/luz moderno que incluye funciones adicionales contribuye de forma decisiva a mejorar la seguridad vial y el confort de la conducción. Por ejemplo, la conmutación automática a intervalos del limpiaparabrisas (gracias al sensor de lluvia) aumenta el confort de conducción, garantiza una visibilidad óptima y protege las escobillas.
Cuando oscurece o se entra en un túnel, el vehículo activa automáticamente las luces del vehículo gracias al sensor de luz, o se encarga de subir y bajar las luces automáticamente en la oscuridad cuando hay tráfico en sentido contrario. A esto hay que añadir el ajuste del contraste del head-up display o del cuadro de instrumentos, en función de la hora del día.
El climatizador automático también reacciona a la radiación solar y a la humedad del aire mediante un sensor climático (intensidad solar y humedad). La temperatura interior y la ventilación pueden ajustarse en consecuencia. Esto último evita que los cristales se empañen.
El sensor de lluvia/luz es, pues, un verdadero multitalento.