La época del llamado Grupo B se ha considerado hasta ahora como la más espectacular de los rallyes. Los vehículos de tracción a las cuatro ruedas, con 500 cv y características extremas en todos los sentidos, fascinaron al mundo de los deportes con motor entre 1982 y 1986. Uno de los "monstruos" de este Grupo B fue el Ford RS 200.
Con el RS 200, Ford supo reaccionar a la tendencia de los vehículos con tracción a las cuatro ruedas que Audi inició al sacar su Quattro al mercado en 1982. Con tracción delantera y trasera, la preponderancia de los 4x4 de Ingolstadt parecía inalcanzable. Ford tuvo que cancelar rápidamente el automóvil de rallyes "RS 1700 T", con tracción trasera y que ya se encontraba en desarrollo, porque, con la senda que ya se había iniciado, presentía que sería un fracaso a largo plazo. Como consecuencia de ello, los ingenieros trabajaron sin descanso en un vehículo que pudiera hacer la competencia a Audi, Peugeot o Lancia.
En septiembre de 1985, el Ford RS 200 salió al mercado con ilusiones renovadas. Los bólidos del Grupo B de Ford pudieron ganar su primer rallye: En el rallye nacional de Lindisfarne en Inglaterra, un tal Malcolm Wilson ganó demostrando una gran superioridad; hoy es el dueño del Rallye-WM-Teams M-Sport.
Aunque el objetivo era únicamente ganar rallyes, el Ford RS 200 fue uno de los automóviles de rallyes más bellos de todos los tiempos. No es de extrañar: Para el diseño de su carrocería, los de Colonia contrataron a la firma de diseño Ghia. En colaboración con el departamento de deportes de Ford en la ciudad inglesa de Boreham, los italianos realizaron un diseño espectacular para un vehículo deportivo, cuyo exterior se diferenciaba claramente de los demás automóviles del Grupo B.
Tal y como la FIA exigía, podían fabricarse hasta 200 automóviles del Grupo B como vehículos en serie para su uso en la carretera, y por ello los ingenieros pudieron ser muy creativos. El fabricante de motores Cosworth desarrolló un motor de cuatro cilindros y 1,8 litros, con un árbol de levas situado en la parte superior. El motor turbo, cuya culata muestra una gran semejanza con los motores Cosworth de cuatro cilindros de Fórmula 1, moviliza una potencia de entre 374 y 420 cv, dependiendo de la presión de sobrealimentación.
Este bólido de motor mediano disponía de un total de tres bloqueos del diferencial. El diferencial central se colocó directamente al lado de la caja de cambio de cinco marchas. Los otros dos, en el eje delantero y trasero. En el ajuste estándar, la configuración inicial hizo una distribución de la potencia del 37% al eje delantero y 63% al eje trasero. Además, el diferencial central pudo bloquearse desde el tablero de instrumentos, con lo cual el Ford RS 200 podía convertirse en un vehículo con tracción trasera solamente apretando un botón.
Aunque el vehículo fue laborioso de construir y era espectacular a la vista, su carrera como vehículo de rallyes no duró mucho. Tras algunos trágicos accidentes, en el año 1986 se suspendió el Grupo B junto con sus potentes bólidos de carreras. Los "monstruos" del Grupo B se habían vuelto demasiado veloces y descontrolados.
Hoy en día existen alrededor de 140 Ford RS 200, en sus versiones como vehículo de rallyes o de carretera. Uno de estos ejemplares es el Ford RS 200, como evolución del Grupo S. El Grupo S es una clase que, en 1988, debería haber heredado las características del Grupo B, pero esto nunca llegó a convertirse en realidad. El Ford RS 200, como evolución del Grupo S, fue transformado en una serie propia por el jefe de ingenieros de Ford John Wheeler: Entre 1987 y 1990 surgió esta pieza única que se usa en rallyes históricos.
Fuente de la imagen: mikefrison.com