Conducción autónoma, electrificación, inteligencia artificial: la industria del automóvil está experimentando actualmente cambios drásticos. Los coches modernos ya son ordenadores de conducción con toda una armada de sistemas de asistencia y sensores. La tecnología moderna también ha llegado a los neumáticos de coche. Desde 2012, los turismos de nueva matriculación deben estar equipados con sistemas de control de la presión de los neumáticos. Sin embargo, el concepto original del neumático lleno de aire no ha cambiado desde hace unos 130 años.
Pero incluso eso es probable que cambie en los próximos años. La industria del neumático está trabajando a marchas forzadas en el neumático del futuro. Los fabricantes de neumáticos presentan regularmente nuevos conceptos y estudios que a menudo tienen poco que ver con los neumáticos ordinarios tal y como los conocemos hoy en día. Pero hay dos cambios revolucionarios en particular que están menos lejos de lo que uno podría pensar.
Porque cualquiera que eche un vistazo a los numerosos conceptos de futuro reconocerá estas dos tendencias en concreto: es probable que el neumático de coche del futuro prescinda del aire y se espera que sea "inteligente". Así pues, el neumático inteligente podría advertir al conductor de posibles peligros, determinar el estado de la carretera y, de este modo, hacer una importante contribución a un mundo de movilidad interconectado y a la futura conducción autónoma. Una tercera tendencia es el neumático autorregenerable.
Los primeros neumáticos sin aire para automóviles podrían estar en el mercado a partir de 2024. La banda de rodadura del neumático se apoya en este caso en una estructura formada por diferentes materiales. Se trata de radios de plástico flexibles que se conectan directamente a la banda de rodadura perfilada. Según el concepto, estos radios están hechos de resina de poliéster y fibra de vidrio y son extremadamente resistentes.
Además, tienen una gran capacidad de carga, lo que permite montar el neumático incluso en vehículos SUV pesados. Además, los radios tienen un efecto de amortiguación de las vibraciones durante la conducción. Con este concepto ya no habrá que preocuparse por la presión correcta de los neumáticos. Además, los neumáticos sin aire son más resistentes a los pinchazos que los neumáticos convencionales, por lo que ofrecen un nivel de seguridad y fiabilidad especialmente alto.
En otros conceptos, el "componente neumático" pasivo se convierte en activo. Y van mucho más allá de lo que es posible hoy en día con los sensores de presión de los neumáticos o los sistemas de control de la presión de los neumáticos, por ejemplo. En el futuro, los neumáticos equipados con sensores adicionales podrán detectar las condiciones actuales de la carretera y alertar a otros conductores de peligros como el aquaplaning. Esto es posible gracias a la comunicación V2X o Car-To-Car, en la que diferentes vehículos pueden comunicarse entre sí o con la infraestructura de tráfico. Los sensores registran, entre otras cosas, el estado del neumático, la temperatura, la presión del aire y el peso, así como las condiciones de la carretera. Esto también permite una recomendación automatizada de la presión de los neumáticos basada en los parámetros medidos. Otra opción: si el sistema nota que la adherencia se debilita en carreteras mojadas o resbaladizas, puede enviar una señal a la unidad de control del motor para que reduzca la velocidad.
Por lo tanto, es probable que los neumáticos inteligentes y conectados en red mejoren aún más la seguridad vial en el futuro y representen un importante complemento a los sistemas ya conocidos en la actualidad. Junto con la detección perimetral de 360° y la tecnología de radar de 77 GHz, en la que HELLA también ha estado trabajando intensamente durante muchos años, se hace posible un sistema de seguridad casi sin fisuras.
¿Un neumático de coche que no hay que cambiar nunca más? Es difícil de creer, ¿verdad? Un importante fabricante de neumáticos cree en ello. Con este concepto, se supone que los neumáticos se regeneran por sí mismos y que, de hecho, no es necesario cambiarlos nunca más. Esto es posible gracias a una cápsula que está rellena con una mezcla especial de goma líquida y con la que la banda de rodadura puede rellenarse automáticamente. A su vez, las cápsulas también se pueden rellenar.
Por muy revolucionarios que parezcan los distintos conceptos y enfoques, el desarrollo de nuevos neumáticos seguirá centrándose en la seguridad y el rendimiento. También será fundamental conservar los recursos y reducir el consumo de combustible.