¡Cómo olvidar el avance que supuso, allá por los años 70, el poder cambiar por primera vez el canal de televisión usando un mando a distancia por infrarrojos de manera medianamente fiable y sin interferencias significativas! Se acabó tener que levantarse, casi se había inventado el "zapping". ¿No podría usarse esta tecnología también para abrir y cerrar sin contacto las cerraduras de las puertas de los vehículos? De hecho, cada vez más conductores de esa época se quejaban de llaves partidas, arañazos en la cavidad de la manilla o cerraduras congeladas. Además, normalmente se necesitaban diferentes llaves para abrir la cerradura de la puerta, la cerradura del portón trasero, la cerradura de encendido/arranque, el tapón del depósito de combustible o la guantera. Las llaves combinadas tardaron un tiempo en establecerse.
A finales de los años 80 salieron al mercado las primeras llaves con mando a distancia por infrarrojos (IR) para coches de gama alta producidos en serie. Estas llaves también permitían accionar sin contacto el sistema de cierre centralizado que por aquel entonces se iba introduciendo de manera gradual. Sin embargo, la "unidad de autorización de conducción" también contaba con una llave clásica, normalmente plegable, porque la pila de la llave por infrarrojos no solía durar mucho tiempo. Además, el vehículo había que arrancarlo a través de la "cerradura de encendido", en ese sentido no se produjo ningún cambio. Algunas variantes por infrarrojos fueron una excepción, ya que requerían una batería transmisora operativa para la autorización de arranque. Pero qué genial era presumir ante tus amigos del "mando a distancia": como por arte de magia, las cerraduras de las puertas se abrían con un "clic-clac".
A principios de los noventa, las primeras llaves por radio reemplazaron a la menos fiable tecnología de infrarrojos. Estas llaves también poseían un espadín de llave, es decir, una llave clásica (plegable). Más tarde salieron al mercado las primeras llaves por radio sin espadín con cerradura de encendido electrónica, que se introducían en su correspondiente base en lugar de en la clásica cerradura de encendido. Para arrancar solo había que insertar la "llave".
Las llaves por radio son una tecnología común hoy en día y su rango de funciones aumenta continuamente. Utilizando una frecuencia de 433 o 434 MHz (Europa), envían una señal encriptada a la unidad de control de confort, que controla, por ejemplo, las puertas del vehículo. Después de pulsar la tecla correspondiente en la llave, las cerraduras de las puertas se cierran o abren mediante un actuador eléctrico. Además, el inmovilizador, que era obligatorio para todos los vehículos recién matriculados a partir de 1998, se desactivaba mediante un transpondedor en la llave y una codificación individual al arrancar el motor; el motor podía ponerse en marcha a través de la cerradura de encendido.
Los modernos sistemas de llave por radio pueden hacer algo más que abrir o cerrar las puertas del vehículo o las puertas corredizas, el portón trasero o el tapón del depósito de combustible. Por ejemplo, los espejos retrovisores se despliegan automáticamente al abrir el vehículo, los elementos de iluminación se activan para aumentar la seguridad y el inmovilizador y el sistema de alarma se desactivan. Además, todas las ventanas se cierran cuando se bloquea el vehículo o se abren, si se desea, al desbloquearlo. Las señales acústicas y ópticas también son útiles al abrir el coche, especialmente cuando se busca el coche en el aparcamiento. El alcance de las llaves por radio modernas es de unos cien metros. Integran una llave plegable mecánica con la que se puede abrir manualmente la puerta del conductor y arrancar el motor a través de la cerradura de encendido.
El primer sistema, llamado "Keyless-Go", entró en la producción en serie en el Mercedes Clase S (W220) en 1998. El vehículo podía abrirse con un mando a distancia en formato de tarjeta de crédito y, como novedad, también podía arrancarse sin llave de encendido mecánica mediante un botón de arranque. El requisito previo era que la tarjeta se encontrara en el interior del vehículo. Más tarde, dependiendo del fabricante del vehículo, la función de "Keyless-Go" se integró en la llave por radio habitual con botones, que también contaba con una llave de emergencia manual. En este caso también era suficiente con llevar la llave al interior del coche para arrancar el motor mediante un botón de arranque. Un requisito previo era que la unidad de control de confort detectara la llave codificada individualmente dentro del vehículo. Esto es posible gracias a las antenas dentro del vehículo. Hoy en día, el arranque "sin llave" es el estándar, al menos en el segmento medio superior. HELLA es uno de los líderes del mercado en el campo de los sistemas de llaves individuales y suministra a numerosos y conocidos fabricantes de coches.
El sistema pasivo Entry/Go de HELLA es una evolución de la llave por radio con activación activa de las funciones de confort por medio de botones. Basta con que lleves la llave contigo, por ejemplo, en el bolsillo del pantalón. Si el o los propietarios del coche se acercan al mismo a una distancia de unos dos metros, un transpondedor ID (una llave por radio que se ha ampliado para incluir el espectro de funciones pasivas) garantiza que el vehículo pueda abrirse a través de la manilla de la puerta. Se realiza la correspondiente comprobación previa para determinar si el transpondedor ID tiene autorización de acceso. El sistema de cierre también funciona de forma pasiva, a través de una superficie de sensor en la manilla de la puerta (módulo electrónico de la manilla de la puerta). El transpondedor ID se comunica bidireccionalmente por radio con la unidad de control de confort y posibilita otras muchas funciones. Por ejemplo, cada llave individual asignada a una persona puede contener varios parámetros, como la posición del volante, la altura del asiento o la posición del asiento. La función de memoria también puede extenderse a otros parámetros individuales del vehículo. El motor también se pone en marcha mediante un botón de arranque, para lo que el transpondedor ID debe encontrarse en el interior del vehículo. Por supuesto, la llave por radio (transpondedor ID) también está equipada con los botones correspondientes para el control activo de la cerradura de la puerta o del portón trasero o, dependiendo del fabricante del vehículo, incluso para el arranque del motor.
Por cierto, algo que suele olvidarse: las llaves por radio son también elementos de diseño. Suelen presentarse con delicados acabados de cromo y cuero. Por lo tanto, son también un prestigioso accesorio que gusta dejar sobre la mesa del restaurante. En la producción en serie de vehículos del segmento superior ya se utilizan llaves por radio con pantallas pequeñas, consiguiendo que su propietario cause una mayor sensación. Es obvio que, en el futuro, incluso el smartphone será la llave del coche.
Puedes encontrar más información sobre el sistema pasivo Entry/Go de HELLA, el módulo electrónico de la manilla de la puerta y la sofisticada tecnología de antena en el interior y en el exterior aquí:
Georg Blenk, Krafthand Medien